viernes, 21 de febrero de 2020

LAS GRULLAS SOBREVUELAN LA SIERRA OESTE


  
¡Buenos días Amigxs del Águila! 

En esta entrada del blog vamos a hablar de un evento migratorio que podemos presenciar en esta época del año en la sierra oeste y en muchos más puntos de la península: el paso migratorio hacia el norte de Europa de la grulla común. Si observamos el cielo durante estos días, podemos observar grandes bandadas de grullas sobrevolando los cielos, con su característica forma en “V” ¡Y no solo eso! Es probable que, antes de observarlas, escuchemos un incesante trompeteo sobrevolando nuestras casas o durante un agradable paseo. Efectivamente, son los sonidos que realizan las grullas en su paso, con su trompeteo tan característico e intenso.

La Grulla común (Grus grus) es un ave invernante que llega a la península ibérica en octubre para pasar el invierno, y después regresa en marzo al norte de Europa para reproducirse y pasar el resto de la temporada estival. Su identificación se asemeja a la de una cigüeña blanca en vuelo, con cuello y patas extendidas, pero sin el característico color blanco en las alas de la cigüeña, que en el caso de las grullas es de color gris. A una escala cercana, se le puede observar la característica franja roja en la zona superior de la cabeza (píleo).  

Ejemplares de grulla común (Grus grus) en vuelo. Fuente: SEOBirdlife (seo.org)

La especie ha elegido la península como su principal destino de invernada, ya que el 65% de todas las grullas provenientes del norte de Europa se quedan en la península para pasar el invierno. Los variados recursos alimenticios que ofrecen nuestros ecosistemas para la especie es un factor clave para ello, desde las abundantes bellotas en las dehesas a su  llegada, hasta diversos cereales y granos en los diferentes cultivos de cereales, arrozales o marismas. Esto se complementa con pequeños invertebrados y restos vegetales como raíces o tubérculos. Cuando cae la tarde, las grullas se retiran hacia sus dormideros, que suelen ser zonas de lagunas o humedales tranquilos cercanos a sus zonas de alimentación.

Aunque el paso migratorio de grullas por España aún no ha terminado, ya se han llevado a cabo algunos censos de los ejemplares que invernan en España, datando el último censo realizado a finales de enero en 223.954 ejemplares. Esta cifra resulta muy positiva teniendo en cuenta que el año pasado se registraron un total de 241.530 ejemplares a final de temporada. Las mayores poblaciones se dan en Extremadura, mientras que en la Comunidad  de Madrid se han censado en 16 los ejemplares que han pasado el invierno, pudiendo ser la sierra oeste una buena zona de alimentación por sus dehesas. Estos datos de censo se recogen en el VII Censo Ibérico de Grulla Común Invernante, censo realizado por voluntarios del Grupo de Trabajo y Conservación de la Grulla Común (Grus grus) en Extremadura, con la colaboración de SEO Birdlife.

Último censo realizado de grulla invernante en España. Fuente: grusextremadura.org

En los últimos años, los censos de grullas han experimentado cada vez un mayor número de ejemplares, lo que es un indicador de la buena salud poblacional. Según el Libro Rojo de las Aves de España, su categoría de amenaza en nuestro país se cataloga como “Extinguido” dado que no se reproducía desde 1954. Sin embargo, gracias a  programas de reproducción y reintroducción, en 2017 nació el primer pollo en libertad en el Parque Nacional de Doñana, lugar por el cual se le bautizó con el nombre de “Doñana”.

Ante esta noticia positiva sobre los últimos censos, la especie se enfrenta a una serie de peligros que han de ser vigilados en esta fase tan importante de su ciclo vital que realizan en la península. La principal amenaza va ligada a la pérdida de hábitat en sus lugares de alimentación, principalmente debido a la transformación de dehesas y cultivos de cereal por cultivos intensivos de olivos y otras plantaciones frutales, sobre todo en Extremadura donde se concentran las mayores poblaciones. A esta problemática se suma el rechazo por ciertos agricultores que tratan de ahuyentarlas para evitar que se alimenten en sus zonas de cultivo. Otra gran amenaza para las grullas y en general para aves sobre todo de gran tamaño, son los tendidos eléctricos, ya que cada año se registran varios ejemplares electrocutados. Esto adquiere gran relevancia especialmente en algunos puntos críticos, donde se suman factores de riesgo como la ausencia de salvapájaros, falta de protecciones en los tendidos, orografía compleja o condiciones climáticas adversas. Actualmente se está trabajando en la identificación de dichos puntos críticos para tratar de poner medidas correctoras y así reducir el número de ejemplares accidentados.

Ejemplares electrocutados de grulla. Fuente: grusextremadura.org

A pesar de los peligros, parece que las noticias para las poblaciones en aumento de grullas son positivas, y la concienciación de la relevancia que tiene su paso migratorio en la península es cada vez mayor, atrayendo la atención de no solo de científicos y ornitólogos, sino de todos los públicos al sobrevolar las diferentes de las poblaciones y escuchar su característico trompeteo. ¡Todo un espectáculo natural!

Fuente de datos: Grupo de Trabajo y Conservación de la Grulla Común en Extremadura. GRUS EXTREMADURA (grusextremadura.org).