Bosques autóctonos y personas


Un bosque autóctono es un ecosistema natural complejo dominado por especies arbóreas autóctonas locales y su vegetación acompañante, animales, hongos y microorganismos del suelo. Todos estos elementos establecen entre sí interrelaciones perdurables en el tiempo, sin necesidad de la intervención del ser humano.

En cambio un cultivo forestal, es una plantación de especies vegetales realizada por personas. Son especies de interés comercial alineadas, de la misma edad y por regla general alóctonas de la zona, ya que se encuentran fuera de su área geográfica natural.

Los servicios ecosistémicos son los recursos y procesos con los que los seres humanos nos beneficiamos de los bosques. Algunos de ellos son:  

Polinización: insectos, animales o el propio viento transporta polen de una flor a otra, lo que da lugar a la formación de nuevas semillas.

Regulación y saneamiento del agua: facilitan la absorción del agua a través de las raíces de las plantas, la limpian absorbiendo los contaminantes y evitan la erosión del suelo.

Regulación del clima: amortiguan la temperatura, captan humedad, dan sombra...

Recreativo y turístico: sirven de espacio lúdico y de disfrute.

Estético: dan una apariencia agradable, mejorando el estado de ánimo de las personas.

Formación de suelo: las raíces de las plantas rompen las rocas en fragmentos cada vez más pequeños hasta dar lugar a las arenas que forman los suelos de nuestros encinares.

Reciclaje de nutrientes: los descomponedores del suelo transforman los restos vegetales y animales en la materia orgánica que nutre a otros seres vivos.

Producción de materiales: aportan materias primas como fibras o madera que después aprovechamos como papel, leña, biomasa, tejidos, etc.

Recursos genéticos: obtención de ejemplares resistentes a plagas, especies ornamentales, con interés agrícola o ganadero, etc.

Reducción de la contaminación: producen grandes cantidades de oxígeno y absorben CO2, uno de los principales gases que contaminan la atmósfera.

Alimentos: los animales y vegetales de los bosques son aprovechados como alimento por los seres vivos.

Reducción de daños ante catástrofes naturales: en muchas ocasiones los bosques amortiguan el efecto de fuertes vientos, tormentas, oleaje, aguaceros, etc.

Medicinas y usos tradicionales: los medicamentos están basados en sustancias naturales presentes en los seres vivos que habitan los bosques.

Tradiciones culturales: cuentos, leyendas y costumbres relacionados con los bosques.

Recursos educativos: proporcionan un espacio para la educación y aprendizaje relacionado con el medio ambiente. 







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