Aunque se conocen datos de que fue en el Antiguo Egipto cuando se inventó
por primera vez algo parecido a una bicicleta, ésta no surge como tal, con la
finalidad de ser un medio de transporte alternativo, hasta el año 1839, en el
que el escocés Kirkpatrick Macmillan construyó la primera bicicleta con
pedales.
La bicicleta hasta hace relativamente poco, siempre ha estado a la sombra de
otros grandes medios de transporte, como el automóvil, los autobuses o los aviones.
Una de las razones, entre otras, de que esto haya sido así, ha sido la famosa
expresión de que “el tiempo es oro”. El
coche u otros medios de transporte motorizados ganan por goleada a la bicicleta
en lo que a rapidez se refiere, esa rapidez que debido a nuestra forma de vida
necesitamos para realizar nuestras actividades diarias (las prisas del trabajo,
de ir a buscar a l@s niñ@s a la escuela, ir a comprar…). Estamos acostumbrad@s a vivir con ese frenesí
que poco tiene que compartir con la bicicleta, que invita a ver la vida de una
forma más sencilla y menos apresurada.
Sin embargo, últimamente la bicicleta ha empezado a coger fuerza, y a ir haciéndose
su hueco entre estas grandes máquinas de la movilidad. Tanto es así, que por
ejemplo en España, en el 2013 se llegaron a vender más bicicletas (780.000) que
coches (700.000).
Este cambio de actitud y de forma de ver la vida, y de transitar por ella, se debe en gran medida por la crisis económica que hemos vivido durante estos años. La bicicleta es más económica que el coche (tanto en su compra como en su mantenimiento, por ejemplo, al no depender de la gasolina para poder moverse). Independientemente de donde haya venido este cambio de actitud, lo remarcable es que este cambio no solo afecta positivamente a nuestros bolsillos, sino también a nuestra salud y nuestro entorno.
En cuanto a salud se refiere, la bicicleta al ser un vehículo que funciona
con propulsión humana, en el momento en el que la cogemos estamos realizando
una serie de movimientos que tienen como consecuencia unos beneficios para
nuestro cuerpo, como pueden ser:
-Músculos: Durante el
pedaleo están implicados los músculos de las piernas; en el equilibrio abdomen,
lumbares y espalda; y al sostener el manillar, hombros y brazos. Estos trenes
musculares son ejercitados con la actividad ciclista.
-Oxigenación: La respiración es a menudo afectada por la
adiposidad y la falta de ejercicio. Entre otras cosas, la actividad física
regular y moderada fortalece los músculos respiratorios, lo que conduce a una
mejor ventilación de los pulmones y por lo tanto tiene un efecto positivo en el
intercambio de oxígeno.
-Obesidad: El ciclismo es ideal para enfrentar los problemas
de obesidad pues un 70 % del peso del cuerpo recae sobre el sillín, permitiendo
así a las personas que de otra manera no podrían moverse fácilmente, hacer
ejercicio para mejorar su forma física y estimular el metabolismo de las
grasas. A su vez, el uso de la bicicleta contribuye a la reducción de peso por
la quema de energía.
-Estrés: El ciclismo tiene un efecto relajante
considerable debido a su movimiento uniforme, cíclico que estabiliza las
funciones físicas y emocionales del cuerpo. Esto contrarresta la ansiedad, la
depresión y otros problemas psicológicos. El ejercicio también controla el
equilibrio hormonal.
En lo que refiere a nuestro entorno, la bicicleta es una forma de reducir los
niveles de contaminación que con el coche se ven potenciados, como por ejemplo:
-Por
cada kilómetro que recorres en bicicleta en lugar de usar un coche, evitas la
emisión de aproximadamente 300 gramos de CO2. Además, hay otros gases que son
nocivos, como el monóxido de carbono o algunos hidrocarburos, que también son graves
contaminantes de la atmósfera. Usando la bici, también ayudamos a reducir
dichas emisiones.
-No
solo ayuda a reducir la contaminación atmosférica, sino que también ayuda a
reducir otros tipos de contaminación, como la acústica. Ruidos de motores y
cláxones, que muchas veces han sido considerados como nocivos para nuestra
salud dependiendo del espacio donde nos encontremos, se eliminan con el uso de
la bici.
Un añadido a todas estas ventajas es la idea de que circulando con la
bicicleta, inevitablemente nos hacemos más conscientes del entorno en el que
nos encontramos: cuando circulamos en bici, no contamos con ese “caparazón” de
hierro que tienen los coches que, en cierto modo, ayuda a protegernos si
tenemos algún accidente. Por ello, tenemos que estar más atent@s de lo que
ocurre a nuestro alrededor, y por lo tanto, aprendemos a observar más, y a conocer
más lo que nos rodea.
Todo esto demuestra que la bicicleta es una alternativa
real y eficaz a los grandes medios de transporte, y parece ser que esta idea ha
calado en las últimas generaciones, ya que el uso de la bicicleta por parte de
los jóvenes se ha visto incrementado de un tiempo a esta parte.
Este cambio de mentalidad por parte de la población ha hecho que las
administraciones también se unan a este cambio, realizando por ejemplo
adaptaciones en las grandes ciudades para que éstas sean transitables con la bici
(por ejemplo, en Madrid ya discurren 140 km de carriles bici y se ha creado un
alquiler de bicicletas eléctricas para que las personas que viven en la capital
puedan ir de una zona a otra de la ciudad en este medio de transporte).
Aunque aún queda mucho por trabajar en el tema del uso de la bici en
nuestra vida diaria (por ejemplo, el hacer carriles bicis realmente
transitables y el respetar el sitio que le corresponde a la bici en la calzada,
sin que los coches lo invadan…) todos estos datos anteriores indican que
afortunadamente nuestra mentalidad está cambiando respecto a la forma de vivir
la vida, y de cuidar tanto nuestra salud como lo que nos rodea. Hacer una buena
combinación de ambos medios de transporte (la bicicleta y el coche), que sea ecológica
y económica, nos ayuda a dejar a un lado el estrés y los agobios a los que
estamos acostumbrados, para dar paso a la tranquilidad y a esta nueva forma de
disfrutar de la vida, de una manera respetuosa con nosotr@s mism@s y con lo que
nos rodea. ¡A pedalear!
No es por nada, pero tan alternativo no es, no por nada hay excelentes rutas en bicileta por España y en muchas partes del mundo...
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